miércoles, 15 de junio de 2011

Cosas de practicantes

Primeras impresiones
El miércoles, alegre día de mi cumpleaños, fui a entregar mi carta de practicante al Siglo del Torreón.
En Acuña y Matamoros se alza algo más parecido a una fortaleza que a una redacción. “Antes eso tenía cristales” comenta madre; no sé hace cuanto cambiaron, mínimo cinco años atrás, pero la fachada ahora es mucho más resistente. O quizá no eran vidrios sino espejos, no sé, no confiaré en mi memoria.
Por la entrada de la Matamoros hay una puerta de cristal de una sola vista, soberbia por su elegante austeridad pero opacada por una reja de seguridad. La verdadera entrada es una puerta metálica al lado. Toco el botón del intercomunicador, explico a qué vengo y suena la chicharra que destraba la puerta unos segundos para darme paso. Tengo que repetir el proceso del timbre porque a la primera no agarré fuerza suficiente para empujar la puerta -completamente-metálica. ¡Uf! Ya estoy dentro.
Me paseo nerviosa, me maquillo, ojeo el periódico. En lo que espero a la encargada de recursos humanos me encuentro con un excompañero de la universidad; trabaja en el SigloTV, lleva un cinturón con el logo de Legend of Zelda y fue por cámaras para cubrir un evento de videojuegos, como anillo al dedo su trabajo.
Minutos después entra un sujeto corpulento, vestido de forma llamativa, peinado a la moda juvenil y con lentes ostentosos. Habla fuerte y cuenta una anécdota que entre escucho. “Y les dije... ¡cómo vamos a publicar eso, este es un medio de mucha credibilidad... y le siguieron.... y nos amenazaron.... bueno ya sabe, cualquier cosa rara, gente extraña, bajamos cortina y de aquí no entra ni sale nadie” Tragué saliva. Ningún sicario, narcotraficante o alborotador me arruinaría mi cumpleaños. Sin embargo, pensé que de igual manera en que con su voz y forma de vestir el tipo atraía la atención de todos, estaba exagerando lo ocurrido para tener algo que contar. A los laguneros en general nos encanta contar cuál película de acción vivimos en el puente cuando fue la balacera, como evento que rompe la monotonía de nuestras ciudades.
Rato después y trás una breve charla con la licenciada, ya soy practicante en el periódico en el área de internet. Desde este lunes, si hay errores de dedo (de ortografía no me las perdono) en las soft-news del portal de internet, ya sabrán que fue mi culpa.

La decepción del día
Comencé a revisar la hemeroteca en busca de hacer un recuento de cuándo empezó, y cómo ha sido nuestra percepción, de la locura del plomo, de los levantones, las mantas y los colgados. Me leí desde la desastrosa toma de protesta de Calderón varios meses de la sección policíaca de la laguna, para darme cuenta que varias instituciones ya estaban en focos amarillos por la ola de la narcoguera, pero que ninguna autoridad lagunera declaraba nada al respecto. “De haber sabido lo que pasaría...”
Eso hacía en mis ratos de ocio vacacionales.
En mis días de capacitación en el periódico me dicen que me ocuparé de las fotos, de sociales, cultura, espectáculos, ciencia y tecnología y demás notas ligeras, las soft-news, que me encuentre en las agencias. Sin embargo, la muchacha que me explica el programa para subir las noticias se encarga de las regionales, por lo que soy testigo de los criterios para seleccionar notas. Vemos una sobre un embargo de armas a “un_grupo_armado” como se cambió el nombre en la nota. Con risa de complicidad me dice que hay cosas que no debemos publicar tal cual, porque luego esa gente llama al periódico para reclamar, en el mejor de los casos. Entendido.
El resto de la semana la he pasado tranquila, entre mi alergia a la tinta (literamente, pues la oficina queda frente al piso de la imprenta) las cinco horas de actualizar fotos, twitter y noticias y borrar comentarios de trolls en las notas. ¿Qué comentarios se borran? No sé si quienes me leen serán de los que comentan, y más específicamente si son de los que arman discusiones taradas en los comentarios, espero que no. Pero sé que en la laguna hay muchos ofendidos que se sienten censurados, por acusar a tal o cual político de pertenecer a este o aquél “grupo_armado” en los comentarios, mismo sentir que a calladas hay entre el personal, pero que de alguna manera hay que acatar.
¿Y lo decepcionante? Pues que mi investigación no pasa de fatua. Me fui con la finta de una redacción que desde hace rato, por sentido común más que por temor, deja de publicar algunas cosas. Solo dentro de uno o dos sexenios saldrán todos los trapitos al sol, cuando esos trapitos ya estén viviendo en otro país fuera de la jurisdicción mexicana.

Lo bonito de lo feo
Y entre los estornudos, las hemorragias nasales y la dificultad para respirar por una garganta inflamada, leo y leo noticias. Una escalera divide a la sección de Internet con la bodega de imprenta, donde las enormes máquinas hacen temblar un poco las tazas de café. Partículas de tinta con base en lo que creo que es plomo vuelan hasta donde estoy. Que patético....
Difícilmente subo noticias de deportes. ¿Cómo les voy a poner título si no entiendo ni jota de lo que hablan? Así que leo, leo, leo... ¡mira una noticia de Erich Segal! ¡Oh, Vargas Llosa en China! ¡A Taibo II lo regañan en España por borlotero!... Ooops... ya hay demasiadas notas en cultura...
Naah... te aseguro a que nadie se dará cuenta, y si se dan cuenta, lo agradecerán ;) Me entero de tantas cosas, ¡y de primera mano! Definitivamente, eso es lo mas bonito.

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