lunes, 6 de diciembre de 2010

Uno dos y tres

No se hasta donde irá esto.

Hace cuatro años traía pegajosa la cancion de Azul que promocionaba a calderon a la presidencia. Me regalaron una pulserita que decia felipe y la guardé como recuerdo de tercero de secundaria. La tengo en mi tocador junto a otras cucherías.

Antes me recordaba a Juande y su pandilla, a la canción tonta, a las mensadas de la secundaria.

Ahora me recuerda a Hector. Dicen que nadie se muere hasta que le toca, y a él no le tocaba, porque cuando comenzó la balacera gritaron "a él no, al otro" mientras su interlocutor corría lejos de las balas y nuestro amigo se quedó en la calle, con los papeles que le daba a firmar en la mano.

Un muerto, dice el noticiero.

Dos muertos, y se escandalizan.

Tres muertos y quieren linchar a calderón.

Dicen que ya van más que en la revolución, en esta guerra para cambiar de manos el narcotrafico.
No se cuantos le falten al conteo de población. A nosotros nos falta uno.

No sé cual es el límite del periodismo, pero al verlo decidí que yo no sería periodista. No se cual es el límite del cinismo humano, pero decidí que contar muertos no era para nada trascendente, que había tras de sí una historia que a alguien le dolía, igual que ami.

No se a donde irá a parar esto. Nos quedan dos años de sexenio y muchos amigos aún.

jueves, 25 de noviembre de 2010

No aquí

A veces quisiera desaparecer completamente. Sublimarme completamente como los buenos recuerdos; como esas experiencias de una felicidad increíble donde no hay nada que enturbie el éxtasis.

Parece dificil creer que sucedieron, ¿cómo pudo ser tan perfecto? ¿cómo pudo haber terminado? ahora el recuerdo no se diferencia entre la memoria de un sueño o de la realidad.

Los trozos de recuerdos regresan sin orden cronológico, en una marejada ordenados más bien por la trasendencia que tuvieron, mezclados con la voz de mi consciencia y con la fantasía de que volvieran a repetirse.

A veces quisiera hacerme tan ligera como el aire, desprenderme de lo que me ata a no hacer lo que me da la gana. Deshacerme de este trozo de tierra donde nací y poder residir donde sintiera que pertenezco.

Veo una silueta, escucho una risa, percibo una voz. No sé si es la mia o sólo mi pensamiento, no se si lo dije en palabras o en acciones o si lo callé. De nada me arrepiento, solo de seguir extrañando aquellos momentos, cuando parece imposible que se vuelvan a repetir.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Cinco minutos de ataraxia

Hoy fue uno de esos días que parecen no acabar.

Tengo que tomar las fotografías para la clase correspondiente,
terminar de grabar unas escenas,
capturar lo a grabado
editar lo ya capturado,
enviar algunas cápsulas para el radio
terminar un guión
investigar cómo salvarle la vida a mi pez oscar enfermo

Hoy fue uno de esos días que me recuerdan que aunque la humanidad no es buena ni mala, sino que simplemente busca el beneficio, es egoísta al concentrar el beneficio en sí mismos. Un grupo de gente decidió que es beneficioso para ellos hacerme comentarios estúpidos que, sin darse cuenta, me hacen recordar heridas viejas que traen a flote mis instintos más agresivos.

Hoy fue uno de esos días en que a las cuatro y media de la tarde llegué a casa a comer, después de estar desde las siete de la mañana. Le dije a mi mamá que bebí un youghurt como refrigerio y mi sandwich a mediodía como comida, me hizo prometerle que comería de la sopa que dejó sobre la mesa (ella ya iba de salida a abrir su tienda de regalos)

Sin mucho apetito me serví... ¡pasta de coditos! mi favorita. Tomé mi platito y me recosté a medio patio sobre el concreto fresco. El sol da en las paredes blanqueadas y la luz es perfecta para que no lastime mis fotofóbicos ojos. El clima es marvilloso, el cielo es el azul más puro que se puede ver en el inverno en la ciudad, ya que sus corrientes de aire frio alejan un poco de polución. Una parvada de pájaros negros con pecho amarillo pasó volando sobre mi cabeza mientras yo estaba tirada de espaldas mirando el cielo.

Por la mañana me sentí mal, me bajó la presión y la gripa me atacó peor que nunca. Me invadieron los gérmenes, los malos compañeros y me atacaron los desánimos y los malos recuerdos evocados.
Hace unos minutos fue la dosis de placer moderado del día que más he disfrutado. Sencillamente descansar cinco minutos en mi patio comiendo acostada sobre el concreto mi pasta favorita.
No era un éxtasis, pero tampoco sentía el dolor de la mañana: el justo medio de la ataraxia

Aún tengo algunos detallitos que terminar de deberes escolares, pero no hay nada mejor como el recordar el fin mismo en que la vida trasciende, que es disfrutar los placeres llamados "del alma" (aunque yo no diferencío entre alma y cuerpo) Y recordar que lo que hago, tras sortear sus obstáculos, es con el fin de vivir una vida que metafóricamente se resumiría como esos cinco minutos en mi patio.

sábado, 6 de noviembre de 2010

El día que me robaron las ideas

Antes del juego (preludio)
Desde segundo de secundaria me habitué a una agenda. Acomodo qué hacer cada día y eso me ayuda a tener tiempos libres. Programo más o menos qué haré y cuanto gastaré en la semana para poder despilfarrar el resto. Anoto todo para no olvidarlo, aunque a veces olvido que lo tengo anotado.

Una noché soñé algo realmente extraño que a la vez era coherente porque tenía cierto orden cronológico poco usual en mis sueños. A la siguiente noche fue la continuación que fue a concluir con una tercera parte. Ahí estaba mi nueva historia (historas informes que no me atrevo a llamar novelas). Cuando escribo algo tardo meses anotando la estructura de los personajes, los capítulos, los temas... hasta que llega el día en que me pongo a escribir. Como eran tantas ideas decidí tomar una agenda sola para lo que se me ocurriera sobre esa hisotira.

No creo que quien la tenga ahora lea esta nota, pero si llegara a suceder espero que atesore lo que se llevó. Reconocerá la agenda porque tiene por todos lados anotadas las palabras "El jardín"

Crónicas de dos secuestros
¿Alguien a dejado una denuncia en el ministerio? A una amiga de mi mamá le robaron su coche afuera de la PGR cuando acompañaba a una tercera a declarar sobre no se qué asunto. El día que "denuncié" en la escuela el robo de mi agenda personal sucedió algo parecido.

Se llevaron una libreta con las fechas apuntadas de mis exámenes, notas  de la cita con el médico, de cuánto planeaba gastar, de qué días debía trabajar, de citas con el fulano de entonces, de días en que andaría con camelias rojas. Qué interesante.... la vida perfectamente desorganizada-pero-agendada de Laura en manos de alguien más.
Fue estresante pensar que alguien más tenía mi vida privada ante sus ojos. ¿Dije vida privada? si en ese momento sentí invadida mi privacía, con lo siguiente sentí violado el templo de mis ideas.

Lo interesante de pensar y escribir es que nadie más sabe lo que piensas a menos que le muestres el papel. Y  escribirlas en papel es como tentar al miedo mismo a que nos arranque la intimidad de la nuestra voz que escuchamos en la cabeza. Es, sin embargo, un riesgo a correr si se tiene una memoria de teflón como la mía.

Se robaron la segunda agenda, donde tenía escrito todo lo referente a la historia del jardín. Fue peor que me robaran esta segunda agenda a la primera. La segunda, la agenda de las historias, era la verdaderamente personal. Un sinfín de mapeos indescifrables que mostraban la estructura social de mis personajes fueron a persderse; algunos estúpidos poemas (porque la poesía no es lo mío) que me gustaría recobrar para entender cómo puder haber soñado con la muerte de mi abuela cuando hacía años que no la veía; unas cuantas notas sobre cómo hacer literarios mis propios miedos.

No logro entender con qué fin robaron las agendas. La primera era bonita y vistosa, pero la segunda era una baratija. Si las robaron por molestar, en lugar de cumplir su objetivo, me hicieron pensar que no era el momento de escribir esa historia; si fue para invadir mi vida, dudo que puedan entender qué significa cada cosa anotada ahí.
Quién sabe donde fue a parar la materia prima de una historia aún no escrita. Quizá a la basura, quizá a un arcón de trofeos de malicias. No tengo ni idea.

domingo, 31 de octubre de 2010

Volver a casa

Cureoseando, como siempre, en eBay, me encuentro con una subasta muy especial: objetos pertenecientes a un soldado japonés de la segunda guerra mundial. La razón por la que amo las antigüedades es que cuentan historias a cachos, relatos que podemos imaginar y dejar en suspenso con la pregunta eterna de cuál habrá sido su verdadera historia.


Los objetos se vuelven como pequeñas cápsulas de tiempo que encriptaron una historia, y como si tuvieran memoria, están ansiosos por contárnosla anque no puedan hablar. ¿Por qué se fue a la guerra este hombre? ¿Se enlistó voluntariamente o fue llamado?


Todos los humanos somos muy parecidos. Los católico-cristianos-etc llevaban seguramente algún escapulario, una estampita, una medalla. Este hombre fue budista y llevó consigo una imagen alusiva a sus creencias. Necesitamos aferrarnos a un dogma: creer en un dios, creer en las zuperpotencias del univerzo, creer en la propia voluntad humana.
Llevaba una bandera de su país. En un solo lienzo recopilado el pasado de un pueblo, de una ideología, de tradiciones y costumbres. Me recuerda cómo muchos de los mexicanos voltean a ver nuestra bandera como una burla más de los gobernantes hacia el pueblo, sin darse cuenta que, la patria representada en ella, se entristece del circulo vicioso en que vivimos, y se acompleja cuando le embarramos los antivalores que la sociedad ejerce, como una madre victimada.

Entonce llegué a la fotografía que disparó la serie de reflexiones en esta entrada.



¿Qué tiene prioridad: la vida personal o el granito de arena aportado a la vida de un país?
Las fotografía que se vende entre esas cucherías son dos: una del soldad y una de esta mujer. ¿Quién habrá sido? ¿Su esposa, su prometida, su hermana? El kimono lo lleva bien cerrado y pegado al cuello, señal de recato de una mujer casada, aunque viendo el descuidado ohashiori (doblez en la cintura) quizá pasó por alto esa norma del cuello.
Sea quien sea, era alguien importante para él. Si fue su decisión partir a la guerra, ¿cuántos sentimientos no había sobre su propia vida personal? Extrañar la casa, la familia, los seres queridos, a la mujer de la fotografía. Si fue reclutado obligatoriamente ¡qué motivo más fuerte para mantenerse con vida y volver a casa!



La guerra es un fenómeno extraño. Pasó de ser un grupo definido de gente entermanete convencida que peleaban bajo reglas por los ideales de un pueblo (el arte de la guerra) a un grupo élite de gente que persuade a los demás para que maten por ellos involucrando a quienes no tenían nada que ver, los civiles. Y cuando en tiempos de cotidiana paz nos decimos que "nadie sabe para quién trabaja" en la guerra moderna nadie sabe realmente por qué lucha.

Me pregunto si ese soldado volvió a casa. Sabemos que a su país no le fue bien en esa locura de la segunda guerra mundial y que después de eso hubo montones de problemas por el choque cultural de un país que recién se abría al mundo occidental. Quizá volvió y presenció cómo las blusas y los pantalones desplazaban a los kimonos, cómo el inglés invadió su idioma, cómo retomaron auge las geisha-girls; volvió al lado de esa mujer que apreciaba tanto como para llevar siempre su fotografía. Quizá murió en la guerra, pensando que su país se alzaría con la victoria, o quizá sí murió, pero deseando que la dictadura militar fuera derrotada.

¡Quien sabe...! Son solo tentativas de adivinación.

sábado, 16 de octubre de 2010

Algunos de mis tesoros

Olvidar es como no haber vivido, y como para mí la felicidad se compone de muchos pequeños momentos, me gusta guardar pistas de los instantes felices.


Estos son algunos de ellos:
  • La carta-manta de una amiga de la prepa
  • Los recibos del gimnasio de remo donde iba con una amiga de la secundaria
  • El programa de un recital de piano
  • El primer artículo que publiqué en el águilas
  • Dos programas de Lerdantinos que me encantaron (el organillero que tanto saludamos sale en la portada)
  • Un cassette de Cri-Cri que madre me ponía de niña a escuchar para dormir
  • La madrecita esa que nos ponían con un alfiler en la graduación de secundaria
  • Una cartita de amowr de secundaria (xD)
Son trocitos de recuerdos que tomé al azar, no son los únicos; de hecho, me gusta coleccionar recuerdos de momentos felices, y por la cantidad que llevo acumulada, puedo deducir que he sido bastante feliz hasta ahora.

La colección completa

martes, 5 de octubre de 2010

Los placeres de la vida

Que si no fumo, que si no me drogo, que si no esto que si no lo otro... ñoñadas. Dentro de la línea, sin problemas, sin preguntarse por qué no, sin respingar, sin preocupaciones, todo lo que debería ser...
Que si no fumo, que si no a las drogas, que si no esto que si no lo otro... que mojigateses. Que lo dijo fulano o sutano que lo dijo perengano sabelotodo.
¡A callar!

Cada quien tomamos una decisión y para la gente con temor de pepegrillo.exe* es crimen incluso preguntarse por qué no. A mi pepegrillo ya no me contesta porque aunque a veces estamos de acuerdo en el medio, rara vez en el fin. Que si los crisitianos o valgamenoseque no toman porque el cuerpo es el templo del dios ¿que no es Jesús el santo patrono de los barman, pues convirtió el agua en vino? Diferentes fines, iguales medios.

Me gusta preguntarme constantemente por qué o para quién hago las cosas. He aquí largas historias de disparates y excentricidades discretas.
El único medio que tenemos para disfrutar de la inumerable lista de placeres de esta vida son los sentidos. Los colores de una pintura, el olor de un perfume complejo, la música favorita, el tacto de la tela de la prenda favorita, el sabor de un chocolate. ¿Quién quisiera alterar los sentidos teniendo tanto que disfrutar directamente?

El único medio que tenemos para percatarnos que estamos disfrutando de esos placeres es el flan gris que traemos dentro de la calavera. El entender el mensaje en una pintura, el recordar la fragancia de alguien, el escoger una tela para un vestido, el cantar la canción favorita, el preparar una deliciosa comida.
Y sin diferenciar entre mente y cuerpo, que tanto se esfuerzan por separar, me doy cuenta que es lo único que tenemos para comprobar que seguimos aquí, vivitos y cantando.

Me gusta sentirme viva. Cuando muera me costará despedirme de estos placeres, pero habré de darme cuenta que los disfruté en su medida necesaria. Nadie agujera la balsa en la que pasea por su río favorito, o para que se entienda mejor: nadie raya la pantalla de plasma de 32" en las que ve sus películas favoritas.
¿Que se me amojigato por no hacerle a esto o a lo otro? A mí que me importa que crean otros, si no me entienden que se hagan nudos solos. ¿Que si de algo nos vamos a morir? Eso está claro, pero ya veré después de qué me muero. Yo no me pregunto por qué no, siempre me pregunto por qué sí (y no he encontraro una verdader razón sin crítica a los argumentoz de otros)



*.exe es para un programa de compu, me refiero a que ya lo traemos instarado, al igual que un programa, en la cabeza.

jueves, 30 de septiembre de 2010

De excursión

Tomé mi bicicleta, mi celular y la cámara análoga de madre. Fugaaaaaaaaa! Desde casa fui en bicicleta hasta la orilla del río. Antes de llegar tomé algunas fotografías con las dos cámaras.

Quieeeero esa cafetera! :)
La mancha de la esquina ya es de mi celular u_u sin embargo, también tomé varias con la análoga. El sr Don Héctor, un fotógrafo amigo de la familia me regaló un rollo a color y es el que utilicé. Ya veré como salen las fotos :D
Seguimos!
Me pareció muy tierna esta imagen con la pareja de noviecillos y el río owwm ^-^
Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket


Photobucket
"Ambos lados del río"

lunes, 27 de septiembre de 2010

Encerrada

Cuando te quitan algo que no es tan necesario, pasa desapercibido. Mis gustos los divido en pasiones y aficiones: me aficiona la costura, la cultura oriental, las computadoras, el cine de arte... Me apasiona la música, la literatura. Hace más de un año renuncié a las clases de piano porque debido al poco tiempo que tenía para estudar no mostraba progreso, y quedarme estancada es como no hacer nada; prefiero desvelarme a no escribir algunos párrafos para un nuevo cuento o la novela que algun día juro terminar.

Me apasionan las conversaciones "sesudas" debatir con gente cero dogmática, de la que puedo aprender cosas nuevas. En primer semestre me di cuenta del poder de la radio en combinación con la literatura: las dramatizaciones, incluso de estudiantes como nosotros, llevaban más emociones que algunas peliculillas. Puede que sea algo tímida con la gente nueva, pero todos mis amigos coinciden en que hablo hasta por los codos. Y como pensaban los epicurios, cuya filosofía me agrada, los placeres que hay que buscar son exactamente esos: una charla amena con los amigos, el disfrute de hacer y contemplar el arte, un buen debate...

El viernes me quitaron las últimas dos muelas del juicio. ¿Motivo? Durante cinco años tuve ortodoncia que se fue a valer madres por las muelas del juicio que desacomodaron todo. ¡Cinco años para nada! ¡Vállanse muelas apocalípticas! Sin embargo me temo que algo fue mal.

La cirugía fue más sencilla, tomó menos tiempo y estoy menos hinchada que la vez anterior, pero una sensación extraña permanece en mi lengua: no siento nada, la comida sabe a nada, las palabras suenan a nada, mi hablar es el dadaísmo más dadá que he apreciado. Busqué en internet por gente que le haya pasado lo mismo para poder tranquilizarme, pero la mayoría de los pacientes coinciden en que tarda alrededor de meses en volver completamente a la normalidad.

Tengo miedo, me siento como encerrada. ¡Justo ahora que entré al programa de radio! ¡Justo ahora que aprendería a impostar la voz! De mis pecados favoritos es la gula, amo el azucar, y ahora comer es no hacer nada, huelo los quequis que cocinó mi hermana pero no saben a nada. Estoy como encerrada, si mi nervio lingual resulta estar realmente dañado, esto podría convertirse en un encierro permanente. ¡Que caos!

sábado, 18 de septiembre de 2010

Que la distancia no es cansancio...

Aunque el verso que utlizo como título es de una canción que interpreto más bien como romántica, este post tiene un sentido diferente.

Es jueves, jueves de puente, juebeves o como se llame. El primero de tres camiones que debo tomar pasa y viajo en él. El viaje es corto. Pronto llega a la parada el segundo. El viaje es un poco más largo. Me alejo de mi mundito para llegar hasta el otro lado de la ciudadcilla, una hora y a veces poco más de camino.
En el camino no escucho música, la que me alegra, porque prefiero reservarla para cuando llegue a mi destino. En el camión por los bazares y recuerdo cuando empeñé algunos tiliches para completar el viaje a México ¡Cómo son diferentes los viajes con los amigos! Recuerdo el viaje en el camión, las mil bromas que decíamos, el concierto, los siete octavos, el metro...

El clima está de buenas: hace calor pero también hace viento y se aminora el bochorno del medio día. Parezco una tachuela bajo una sombrilla roja caminando hacia el bulevard. Compro chucherías para comer en el camino, el tercer camión llega a la parada, es el viaje más largo.

Desfila por la ventana la curva que antes tomaba para ir a Cinart ¡y pensaba que eso estaba lejos... sí como no! Rebaso la parada hacia la alameda ¡Eso tampoco está tan lejos! Pronto PVC queda atrás, y me pareció corto el camino. Los hospitales parecen estar a la vuelta de la esquina. Un mundillo desconocido va pasando al otro lado de la ventana.

Voy en silencio. Perdí mi iPod. El iPod que le compré a Roger, aquel que tanto lo caracterizaba por la devoción que le tenía, ¡ay como soy descuidada! Casi le había agarrado cariño al aparatejo aquél... Me pone triste ir en silencio por haberlo perdido, pero en fin que no se va a resolver, así que pienso en mi destino y me alegro.

Paso La Fe, paso Soriana y minutos después llego a mi destino. Camina camina camina un kilómetro. Toca la puerta. yeeeey! El sonido de las guitarras y la batería se escapa por la puerta abierta. ¡Gente ya llegué :D! ¿Que si me da flojera venir? Pues la verdad sí, pero por estar aquí se me olvida. ¿Cocinamos brownies? Mejor en la mañana, ahorita cenamos pambazos y sopas maruchan. Vengan a ver este video, mira esta banda es tal tal tal... Yaaaa deja dormir, son las cuatro de la mañana! D: LOL No se crean, no me da tanta flojera venir hasta acá, bien lo vale.

El camino de regreso es más triste, igual de silencioso. Después de un día entero con los amigos, volver a casa es sinónimo de sentirse sola. Sin el alboroto, sin las bromas, sin las pláticas. ¿Que si no aburre o cansa que mis amigos, dos de cada tres, vivan hasta el findelmundo? La verdad, no. Son gente divertidísma, con pláticas interesantes, de quienes siempre aprendo cosas nuevas y a quienes les gusta que les comparta algo que sepa yo. Bien valen esa hora y a veces poco más de camino.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿Por qué luchar?

Sin ninguna connotación bélica a entenderse la palabra "luchar". Lucha es cuando vencemos las ganas de dar una mordida, comprar algo pirata, bebidas clandestinas y participar en demás negocios de aquellos que nos amenazan con una mano y comercian con nosotros mismos con la otra mano.

Simplemente en un momento de reflexión me pregunto qué haremos cada quien para alcanzar esa cuasiutópica sociedad que en la humanidad rarísimas veces se vio (según algunos opinan, solo los tan mencionados griegos alcanzaron)

Pero más que qúe hacer, me pregunto ¿por qué hacer? ¿Qué no somos los humanos criaturas tan interesantes y maravillosas como necias y nefastas? Lo que hacen unos vienen generaciones delante y lo machacan. Ante esto ¿por qué luchar? Con la cabeza perdida entre otros millones de apáticos ciudadanos como nostros... ¿qué haríamos? ¿por qué lo haríamos? ¿A qué idea le entregaríamos no solo la profesión, sino la vida?

No sé que pensarían de esto aquellos simples seres humanos que hoy han empalizado en un símbolo de pobres héroes, pero me atrevo a aventurar, por lo menos en lo personal, que si una pizca  de voluntad como conjunto humano nos queda, es suficiente motivo para encaminarnos en la búsqueda de los ideales que atendiendo a la razón sean justos.

Los seres humanos somos grises, ni malos malos ni buenos buenos como quieren pintar a los partícipes recordados de la historia de nuestro país, más parecida a una moconovela televichurrera que a la versión más certera de la realidad. Se trata de admirar sus virtudes: la entrega y defensa de una convicción, de arriesgar el todo por el todo.

Si bien no todos poseemos esas cualidades que resaltan a aquellos y aquellas que la historia recuerda, no perdamos de vista a todos aquellos cuyo nombre no figura en los libros de la zep pero que marcan definitivamente a un individuo, un grupo, una sociedad. El maestro que más que enseñar, educa con ejemplo; el médico que aún con todo el estatus de su título no pierde de vista su labor servicial; el periodista que con ahínco marca lo que hay que corregir; el artista (figura tan despreciada en nuestra sociedad) que conserva la claridad para pensar y la serenidad para comunicar antes de venderse al medio... y se me acabaría la lista, de profesionales para seguir con los oficios y demás personas.

Desde nuestra trinchera, universitarios, rondacalles, amos de casa, directivos de noseque, simples ciudadanos, desde nuestro lugar, ¿por qué lucharemos?

domingo, 12 de septiembre de 2010

Funda-bolsa para mi shinai

Bueno el shinai nisiquiera es mio xD pero hoy terminé de coser esta funda para cargarlo y ahorrarme las miradas curiosas y las preguntas ociosas (oiga... ¿y quéeseso?... o peor "me dieron que si jugaba golf"- M.)
El shinai, por cierto, es la "espada" de bambú que se utiliza en el kendo en lugar de la katana verdadera (razones obvias)

Puess presumo:

En la foto no luce mucho, quizá, pero es hasta ahorita la segunda mejor confección que he hecho :P y la tela me encantó! <3



viernes, 10 de septiembre de 2010

La primera vez... revelando una película fotográfica :D

Fue divertidísimo tomar fotografías. Elegir qué fotografíar, la luz, la velocidad (o en mi caso automática o bulbo), el plano; enfocar y luego cracksh! dentro de la cámara se guardó un recuerdo.
Pero nuestra generación se acostumbró a la inmediatez; empero, esta ocasión nos fuimos a casa con la intriga de saber si nuestras fotografías quedarían bien. ¿mucha luz? ¿poca luz? ¿quedó bien el congelado? ¿y el barrido? S:

Viernes, volvemos al laberinto negro (mmmhmh) del laboratorio de foto. No sé si realmente hacía mucho calor o la emoción ya hacía de las suyas. Vimos cómo haríamos la dificil labor de deshacernos de nuestra vista por un rato para poder ver nuestras fotos por largo tiempo.
La luz se apagó y entre juegos y chistes comenzamos a trabajar. Fuimos ciegos por veinte minutos, una que otra mancha delataba que un compañero pasaba cerca. Mientras sacaba la película de mi lata, me acordaba de lo que, según un artículo de Intermezzo, F. Chopin recomendaba a sus alumnos: estudiar a oscuras, sólo el tacto que percibe las teclas del piano y los oidos atentos a la música que produce. A la par que la enrrollaba en el carrete, nerviosa ante el peligro de maltratarla y echar a perder mi trabajo, me daba cuenta que realmente hemos olvidado los demás sentidos ante el fenómeno del homo-video. Fue fantástico "ver" lo que hacía tan solo con el tacto.

Risas en todos lados; Joseduardo histérico, Ximena al punto del llanto porque creeía estar enrollando mal, Ricardo reclamando su inocencia, Cristi plática que plática, yo contagiada de las bromas de Paulina (o.0 o no era broma?). Veinte minutos después, volvió la luz. Fue casi triste dejar de ver con la piel para regresarle la tarea a la retina.

El señor del tiempo, osea Joserduardo, alertaba sobre poner o retirar el químico, darle la vuelta al tanque de revelado o dejarlo un rato de lado. Para cuando el segundo equipo estaba revelando, él ya se había memorizado qué químicos y qué tiempos van en cada paso. (D: ¿quién le quiere quitar la chama a Memo?)

Finalmente el foto flu llenó de espuma el misterioso tanque... se llenó de agua y el químico burbujenate se fue por la coladera... tres... dos... uno... ¡Nuestras fotos!
"Mira: ahí está Michel... Weraaa mira aquí sales!... Dónde estoy yooo? Memooooo mira quedó bien el barridooooo!" Se escuchaba en todo el pasillo. Unas cortinas de película adornaron el sobrio laboratorio.

Después de cortarlas de seis en seis, las guardamos en donde pudimos, portanegativos o cuadernos daba lo mismo. Salimos con una gran sonrisa, con algo nuevo aprendido, con una nueva forma de -decir- casi concretada. Ahora tenemos la intriga de cómo se verán una vez que estén en papel... :D

lunes, 6 de septiembre de 2010

Honestidad por un peso

Anécdota de cuando vendía bon-ice [see see, con todo y mi trajecito y un pingüino de metro y medio]
Al final del día, desde las diez de la maána en la calle, a las siete menos cuarto listas para entregar las cuentas y recibir la comisión, caminamos una amiga y yo de regreso al bon-local.
El sol de agosto a esas horas y con el cansancio es todavía terrible, pegando en la espalda que se cocina debajo del bon-uniforme. Unos niños corren por la calzada "¡Señoraaaa! ¡señoraaaaa! ¡un bonais!" dice uno "¿cuanto cuestan?" pregunta el otro. No obstante el Enorme "$2.5" en el uniforme y pingüino, les repetimos el precio.
Piden tres y al pagar se dan cuenta que les falta un peso. "Ahorita venimos, allá está mi mamá, le voy a pedir más dinero" El niño corre y se pierde en una esquina, nosotras nos cansamos de esperar y apuramos el paso hacia el local.
La calzada está desierta, todos están agusto en sus casas, frescos, descansando... nosotras no -_- "che mocoso, ya no regresó" nos decimos mi amiga y yo, al resignarnos a perder la comisión de dos bon-ice. Pff... ya que.
Caminamos y apretamos el paso. De pronto, detrás de nosotras una vocecilla grita "¡Señoraaaaaaaaaaaaaaa!" El niño nos alcanza después de correr las cuadras que adelantamos, agitado y con su bon-ice ya terminado a la mitad extiende la mano y nos da una moneda de un peso.

Recuerdo esta anécdota porque el día que pagué mi obi, la semana pasada, sin darme cuenta añadí un dolar extra al precio del envío y mandé al vendedor más de lo que era. ¿Que es un dolar? 13 pesos, que son dos gorditas, o una nieve, o dos camiones, o una bolsa de embalaje. ¿qué es la honestidad? El hecho de que este vendedor me regresó íntegro Un Dolar demás.
No es obsesión por ser honestos, pero me consta que si por error yo hubiera puesto diez o cien dólares demás (que ya son una buena cantidad) el vendedor igual y me los hubiera regresado; esto lo demuestra al tomarse la molestia de regresa trece pesos.
Esa anécdota sucedió hace cuatro años, quizá el niño ahora ya es un adolescente y está en la secu, la misma edad que cuando nosotras vendíamos bon-ice. Guardo la esperanza de que, igual que un peso, pueda devolver todo aquello que corresponde a alguien más. Necesitamos más gente así.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Ventas de cochera

¡Me encantan las ventas de cochera! No puedo pasar por alguna sin detenerme.

Hoy salí a pasear un rato en mi bicicleta, a la que por cierto le compré nueva cadena, y en una casa había un tenderete de objetos con marcas de precios.

Que emoción ver un juego de té y pensar en todas las historias de las que fue partícipe. Que coincidencia de encontrar entre los libros títulos que me llaman la atención porque el vendedor también estudió comunicación.
Me cuenta que se graduó en Veracruz, que no encontró trabajo y regresó a la Laguna, que trabajó en comunicación social pero que finalmente se hartó y fue a dar a General Motors. Me dice que le gusta el periodismo, lo noto por los libros de esta materia que ahora vende.

Entre las joyitas que encontré están estos libros:

Mi madre tenía la colección de esos libros y los regaló a mi tío, que de seguro los usa para atrancar puertas. Compré el de televisión, los otros dos los compré en Querétaro, pero como son de la misma colección ahi quedan; no salió en la foto el de arte oriental que también tengo de esa serie pero en fin...



Tadaaa! este lo vi en una biblioteca y como no tenía mi credencial nunca lo saqué a préstamo. ¡Yessss ahora es mío! Miren que fotos trae: <3



A ella la presentaban en el texto como una "geisha" preparándose para un baile, aunque lleva el atuendo de una oiran, las cortesanas. Fíjense en el adorno de las tres (o cuatro) varitas en el cabello y el obi por delante.


Y puse este post no en aficiones sino en pasiones porque al encontrar un libro que de algún modo refiere el arte oriental tiene que entrar dentro de esta categoría. Digamos que como todo arte en general :)

martes, 31 de agosto de 2010

Diferencias entre Laurizar todo o ser una egocéntrica

En la práctica ningua. (LOL)

Pero en teoría me dio por ponerle parte de yo a ese nombre que no sé de qué telenovela sacó mi madre, aunque ella jure que no se inspiró en ningún mocodrama noventero no me explico por qué esta es la generación de las lauras.

Algunas personas suelen identificarse con x marca comercial. Sí, marca comercial también incluye, tristemente, algunas bandas musicales, buenas y de baja calidad... u.u Otros se cuelgan tal o cual letrero de tribu urbana etc... pero en una tremenda crisis de yacasisalgodelaadolescencia me doy cuenta que finalmente todos nos vamos haciendo de nuestro propio sello (uy, que librodesuperación soné).

De entre las docenas de lauras que andamos por nuestra jerarquizada red social, virtual y real, y de entre las más elizabeth's de pila y de nombre artístico de damas de la noche (que abunda), elegí que mi nombre iba a englobar el montón de ideas, aficiones, obseciones y demás paranoias que me hacen ser yo.

T.T tiempos de preadolescencia cuando era lo máximo traer el colguije de soyfandefulano... era genial la bella inocencia mercadotecnizada... la simpatía por ser publicidad ambulante de aeropostale (con y sin acento)... Y aunque aún tengo mi colección de fetiches (como el autógrafo de Versailles o el poster de Muse) sé que una persona no se define por lo que le gusta, sino por lo que hace con gusto (diox librame de bucay hamén) y por las ideas que ha generado más que copiado, o que ha aceptado con razón.

"Siempre he sido yo y nunca he sido el mismo" - autor que no recuerdo >.<, pero que vimos en clase de poesía. Me gustó ese minipoema :)

Mas que por ocio...

Si ya tengo las notas de facebook, ¿para qué quiero un blog?
No es porque no tenga nada qué hacer, es simplemente para divir las ideas que pongo en cada uno. Notarán que la mayoría de las notas que publico son o temas superfluos o notas redactadas muy al estilo ligero.
En este blog planeo profundizar más en lo que escriba, sin llegar al colmo de la redacción tediosa de los libros de ensayo (D:) Algunos de los post aquí los publicaré en feis, así que si en este tiempo he logrado juntar algo de amigos que gusten de las tonterías  notas que escribo, pues bienvenidos a mi blog! ^-^