martes, 5 de octubre de 2010

Los placeres de la vida

Que si no fumo, que si no me drogo, que si no esto que si no lo otro... ñoñadas. Dentro de la línea, sin problemas, sin preguntarse por qué no, sin respingar, sin preocupaciones, todo lo que debería ser...
Que si no fumo, que si no a las drogas, que si no esto que si no lo otro... que mojigateses. Que lo dijo fulano o sutano que lo dijo perengano sabelotodo.
¡A callar!

Cada quien tomamos una decisión y para la gente con temor de pepegrillo.exe* es crimen incluso preguntarse por qué no. A mi pepegrillo ya no me contesta porque aunque a veces estamos de acuerdo en el medio, rara vez en el fin. Que si los crisitianos o valgamenoseque no toman porque el cuerpo es el templo del dios ¿que no es Jesús el santo patrono de los barman, pues convirtió el agua en vino? Diferentes fines, iguales medios.

Me gusta preguntarme constantemente por qué o para quién hago las cosas. He aquí largas historias de disparates y excentricidades discretas.
El único medio que tenemos para disfrutar de la inumerable lista de placeres de esta vida son los sentidos. Los colores de una pintura, el olor de un perfume complejo, la música favorita, el tacto de la tela de la prenda favorita, el sabor de un chocolate. ¿Quién quisiera alterar los sentidos teniendo tanto que disfrutar directamente?

El único medio que tenemos para percatarnos que estamos disfrutando de esos placeres es el flan gris que traemos dentro de la calavera. El entender el mensaje en una pintura, el recordar la fragancia de alguien, el escoger una tela para un vestido, el cantar la canción favorita, el preparar una deliciosa comida.
Y sin diferenciar entre mente y cuerpo, que tanto se esfuerzan por separar, me doy cuenta que es lo único que tenemos para comprobar que seguimos aquí, vivitos y cantando.

Me gusta sentirme viva. Cuando muera me costará despedirme de estos placeres, pero habré de darme cuenta que los disfruté en su medida necesaria. Nadie agujera la balsa en la que pasea por su río favorito, o para que se entienda mejor: nadie raya la pantalla de plasma de 32" en las que ve sus películas favoritas.
¿Que se me amojigato por no hacerle a esto o a lo otro? A mí que me importa que crean otros, si no me entienden que se hagan nudos solos. ¿Que si de algo nos vamos a morir? Eso está claro, pero ya veré después de qué me muero. Yo no me pregunto por qué no, siempre me pregunto por qué sí (y no he encontraro una verdader razón sin crítica a los argumentoz de otros)



*.exe es para un programa de compu, me refiero a que ya lo traemos instarado, al igual que un programa, en la cabeza.

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